El azar y la necesidad
Jacques MonodEnsayo sobre la filosofía natural de la biología moderna
Ensayo sobre la filosofía natural de la biología moderna
El libro fue publicado en 1970. Yo lo leería a principios de los setenta. Recuerdo que hice una presentación en el grupo Marejada sobre su contenido. Allí mezclábamos temas de ciencia y poesía con mucha naturalidad. J. Monod acababa de obtener el premio Nobel de Medicina y escribió este breve ensayo que influyó bastante en mi concepción del mundo. Venía a completar esa visión estructurada de Russell, añadiendo elementos importantes para entender, sin magia, el mundo de los seres vivos. Fue solo el comienzo de mi interés por este tema.
Otro toque de atención: las deducciones lógicas, naturales y predecibles no eran la única manera de entender el mundo. Me introdujo la idea de que la naturaleza puede explicarse totalmente por las leyes físicas, pero no por ello tiene que ser predecible como la caída de una bola desde la Torre de Pisa.
Monod afirma que la tesis que “presentará en este libro es que la biosfera no contiene una clase predecible de objetos o de eventos, sino que constituye una ocurrencia particular, compatible con los primeros principios, pero no deducible de aquellos principios y, por lo tanto, es esencialmente impredecible” (Monod, 43). En su opinión, la biosfera es impredecible por la misma razón que la configuración particular de los átomos en un guijarro es impredecible. Con esto, Monod no quiere decir que la biosfera no sea explicable desde las condiciones iniciales/principios básicos, sino que no sea deducible (en el mejor de los casos, las predicciones podrían ser nada más que probabilidades estadísticas de existencia).
Lo que se me quedó con el tiempo, de manera simplificada, fue: dadas unas condiciones físico-químicas concretas, lo que vaya a pasar a continuación es predecible por los métodos científicos. Sin embargo, en los seres vivos, durante la replicación del ADN, se producen errores aleatorios que generan resultados que pasan por la selección natural. A largo plazo, producen una evolución cuyos caminos no son predecibles exactamente.
El concepto filosófico es interesante y complejo y, con los años, lo he ido perfeccionando con otras contribuciones más precisas (e.g., Dawkins), pero el germen, en aquel Cádiz tardofranquista, fue este libro de Monod, que por eso tiene un sitio aquí. No por su importancia objetiva, sino por su relevancia en mi entendimiento del mundo.